Pocas cuestiones han suscitado tantas columnas editoriales en estas páginas como la llamada ley del buen samaritano o ley donal, en un reiterado esfuerzo por esgrimir la urgencia y necesidad de su sanción definitiva. Esta iniciativa busca incentivar las donaciones de alimentos aún no vencidos, con problemas de packaging o etiquetado que no permiten su venta al público, o excedentes de producción, que los convierten en desechos cuando aún son aprovechables para el consumo humano.
Los primeros bancos de alimentos en la Argentina nacieron para paliar la crisis socioeconómica del año 2000, tomando como ejemplo múltiples experiencias en el tema realizadas en el exterior del país.
El trabajo mancomunado de estos extraordinarios bancos con empresas productoras de alimentos, supermercados, distribuidores, productores frutihortícolas y mercados concentradores de frutas y verduras evitó el desperdicio de miles de toneladas de alimentos.
Quienes no llegan a recibir estos recursos en buenas condiciones se ven obligados a revolver tachos de basura; los vemos abriendo bolsas y caminando por basurales a cielo abierto en busca de algo que llevar al estómago. Se trata de familias enteras, con los riesgos que todo esto implica para su salud.
Frente al escándalo del hambre que alcanza a tantos conciudadanos, 14 años de debates, marchas y contramarchas debieran ya avergonzarnos. No solo a los legisladores, algunos de los cuales aún cuestionan infundadamente aspectos de esta ley, sino también a cada uno de nosotros, como parte de una sociedad que no compromete su atención en estos temas y no exige a sus representantes que se resuelvan a la brevedad. Con un 32% de la población en situación de pobreza y riesgo alimentario -muchos de ellos, niños, es inadmisible que el Congreso Nacional no se aboque al tratamiento y pronta sanción de la referida norma.
A fin de 2017, se logró la aprobación de la ley solo en la Cámara de Senadores y se aguarda la reanudación de las sesiones para su sanción en Diputados.
Desde el 19 del corriente mes, la Red Argentina de Bancos de Alimentos invita a sumar firmas ( https://www.redbda.org.ar/leydonal) para modificar esta ley que beneficia a quienes más lo necesitan. Se requieren para ello 500.000 adhesiones, el 1,5% del padrón.
Urge establecer un marco jurídico que facilite y promueva la donación de alimentos. El profesionalismo y la experiencia ganada por nuestros bancos de alimentos son suficiente reaseguro, como lo confirma cualquiera que haya tenido la oportunidad de acercarse a ver cómo funcionan, con qué eficiencia y transparencia reciben, clasifican y distribuyen los alimentos, movilizando a miles de voluntarios en la entrega a más de 2400 organizaciones sociales solo en 2017.
No podemos seguir desperdiciando millones de toneladas de alimentos al año. La aprobación de la ley permitirá aumentar exponencialmente el número de personas beneficiadas. Menos hambre es más futuro. No hay más tiempo que perder ni comida que desperdiciar.
LA NACION