1- ¿Qué diagnóstico hace de las producciones animales actualmente?El crecimiento de la población es un hecho que viene acompañado por un cambio rotundo en sus hábitos alimentarios. Teniendo en cuenta esto, habrá una demanda duplicada y solo el 30 por ciento se podrá producir con el agua y el suelo. Con lo cual, el otro 70 por ciento debe provenir de las innovaciones científicas en carne, leche o huevo. Entonces, ahí es donde la visión de nuestra empresa es muy optimista. Para el contexto nacional, las perspectivas son muy buenas. Cada producción ya atravesó diversos vaivenes y considero que ahora se está mirando más allá de las coyunturas. 2- ¿Que análisis de proyección hace particularmente para las producciones de pollo y cerdo argentinas?El consumo de estas carnes está creciendo en el país y, particularmente, el consumo de pollo viene aumentando sistemáticamente. El principal desafío es ser cada vez más competitivo para que en proyección, tanto el consumo como la producción, mantengan la tendencia de crecimiento actual. 3- ¿Cómo ve al productor en materia de planificación veterinaria?Pensamos que se necesita más planificación ya que con ella se reduciría la brecha en ciertos índices productivos que son clave para el crecimiento. En el caso de los pollos y cerdos, que son sistemas más estandarizados e intensivos, las decisiones sanitarias son una parte central de la planificación. Por su parte, en el feedlot también el sistema es más ajustado en materia veterinaria que la ganadería extensiva. 4- ¿Por qué considera que puede ocurrir la menor planificación en la ganadería extensiva?Considero que puede ser por una cuestión de precios que se paga por el producto final. En este sentido, hay una mejor perspectiva para el negocio ganadero y eso ayudaría a cambiar la tendencia sobre adopción de tecnología y que esto se derrame sobre el manejo de campo. El conocimiento está para aplicar tecnología. Y se observa con un ejemplo simple. Ese mismo productor ganadero, que también es agrícola, en la agricultura aplica lo último, de esa forma, su forma de ver el negocio es con tecnología. Por eso, en ganadería hay espacio para seguir innovando.5- Y ese espacio de innovación en la ganadería, ¿dónde la vislumbran?En la cría hay un espacio para la innovación muy importante. Allí, hay una brecha muy grande entre los indicadores físicos actuales y los que pueden ser. También en la lechería hay un gran espacio para seguir mejorando, cuando finalice la crisis del sector. Esta actividad que no ha crecido en los últimos años, por el contrario, desmejoró. 6- ¿Qué opina sobre los tiempos de aprobación de ciertas tecnologías para la producción animal, los cuales no son los mismos que para la agricultura?Ese es el desafío que hay en la Argentina: equilibrar competitividades. Es decir, por un lado, importamos y consumimos carne de diversos destinos, como EE.UU., Unión Europea o Brasil, que utilizan productos veterinarios para potenciar la produccción y como componente de su estrategia productiva, los cuales aquí están en procesos de aprobación o están prohibidos. Es el caso de la ractopamina (aditivo alimenticio que se utiliza en la produccón porcina). Entonces, ¿por qué no tenemos las mismas herramientas para producir? Ese es el debate que se está dando hoy para equiparar la competitividad local con los mercados del Mercosur y extra Mercosur. Es probable que en poco tiempo haya novedades. 7- ¿Cómo se está comportando el mercado este año?El año va cerrando de acuerdo a las expectativas y ya vamos apostando al que viene, con la línea de crecimiento y cambios, que recién anticipé. De esta forma, nuestra intención para el 2018 es seguir introduciendo más innovaciones, como lo hicimos el año pasado con una vacuna para tratar salmonella, sobre todo, en cuestiones de bioseguridad de granjas.