Un fertilizante es una sustancia destinada a abastecer y suministrar los elementos químicos al suelo para que la planta los absorba. Se trata, por tanto, de una reposición o aporte artificial de nutrientes.
Un fertilizante mineral es un producto de origen inorgánico, que contiene, por los menos, un elemento químico que la planta necesita para su ciclo de vida. La característica más importante de cualquier fertilizante es que debe tener una solubilidad máxima en agua, para que, de este modo pueda disolverse en el agua de riego, ya que los nutrientes entran en forma pasiva y activa en la planta, a través del flujo del agua.
Estos elementos químicos o nutrientes pueden clasificarse en: macroelementos y microelementos.
Los principales son: N – P – K – Ca – Mg - S.[2] [3]
Los principales son: Fe – Zn – Cu – Mn – Mo- B – Cl.[4