La parte aérea de la planta fotosintetiza los componentes
necesarios para el desarrollo radicular y vegetativo, constituyendo, al mismo
tiempo, la parte aprovechable de la misma. La eliminación de los tallos y hojas
a través de cortes o pastoreos en momentos inadecuados afecta no sólo la
producción sino también la persistencia de la alfalfa.
En alfalfas establecidas, el primer crecimiento de primavera
se origina en las yemas ubicadas en la corona (Fig. 84). Estas se forman
durante la temporada de crecimiento anterior, alcanzando su máximo número hacia
fines del otoño (94). Los crecimientos posteriores se originan en yemas de
corona, dando origen a tallos de corona, y en las yemas axilares de los tallos
remanentes, que dan origen a tallos axilares.
El aporte de unos y otros a la producción ha sido evaluado
por distintos investigadores. Leach (65, 66, 68, 69) y Singh y Winch (94),
concluyeron que el rebrote después de un corte, en su mayor parte se origina en
las yemas axilares de los tallos remanentes por lo que la remoción de los
mismos causa un alargamiento de las yemas de corona, demora el rebrote y reduce
el número de tallos.
Juan (58) concluyó que si bien el número de tallos axilares
después del corte es mayor que los de corona, a medida que avanza la madurez
muchos mueren. Los tallos de corona aumentan con la madurez, siendo su aporte
El número de tallos por planta se incrementa con la edad de
la misma, pero en cada ciclo de crecimiento la mayor cantidad se logra a los 14
días de iniciado el rebrote (68). A partir de allí declinan con la madurez
(79,94).
Los cultivares difieren en la proporción de tallos que
reasumen el crecimiento después del corte o pastoreo (68) y la relación entre
el número de tallos y el tamaño de los mismos es inversa (66). Desde el punto
de vista agronómico deben elegirse aquellas variedades que tengan la mayor
cantidad de yemas de corona prontas a crecer inmediatamente después del corte o
pastoreo, poniendo especial énfasis en aquellas prácticas de manejo que
favorezcan esta característica
Néstor A. Romero (1), Eduardo A. Comerón (2) y Enrique Ustarroz (3). 1995.