Descripción y ciclo
de vida del gorgojo del girasol
Los adultos del gorgojo Listroderes argentinensis Hust.
y L. costirrostris obliquus (Klug) (Coleoptera: Curculionidae), nacen
en agosto o septiembre, coincidiendo con la siembra y emergencia del cultivo y
causan daño al girasol con más intensidad después de inviernos secos.
Su tamaño es de 8,5 mm de largo por 3,7 mm de ancho. Los
adultos no vuelan, tienen el cuerpo de lados paralelos y se destacan por una
proboscis (pico) larga y fuerte, su coloración es marrón pardo en la que se
diferencia fácilmente un dibujo en forma de “V” situada en la parte posterior,
se observan de cada lado dos pequeñas saliencias o vértices. En general el
cuerpo es muy piloso y esculturado con saliencias y protuberancias.
Los huevos son puestos en las coronas de las plantas, los
pecíolos de las hojas o en el suelo cerca de la base de las plantas.
Las larvas se alimentan externamente sobre todas las partes
de las plantas, arriba o abajo de la superficie. Las larvas son ápodas, de
cuerpo rugoso, blanco amarillento, recubierto de setas, cuya cabeza es pequeña,
de color pardo y con dos poderosas mandíbulas quitinosas que le permiten roer y
dañar los tejidos radiculares. La larva madura tiene aproximadamente 15 mm, de
color verdoso claro, cabeza pálida a marrón claro, moteada con puntuaciones
marrón oscuro.
El estado de pupa lo pasan en la tierra, aproximadamente dos
semanas, dependiendo de la temperatura. Estos insectos tienen una generación
anual.
Los adultos tienen hábitos nocturnos, durante el día se
protegen en el suelo y restos vegetales, cerca de la planta, confundiéndose con
pequeños cascotes. Cuando se los molesta simulan estar muertos.
Daño
Los adultos se alimentan principalmente sobre el follaje de
algunas plantas, algunas veces sobre raíces o tallo. Pueden atacar soja,
manzanilla, zanahoria y otros cultivos hortícolas.
El daño observado en plantas recién emergidas de girasol
consiste en pequeñas escotaduras en los cotiledones, como así también daño a
nivel del cuello de la planta provocando el corte de la misma o un
estrangulamiento del cuello logrando su vuelco o marchitez.
En plantas no emergidas, el daño puede pasar desapercibido,
al ser atacadas antes de alcanzar la superficie. En estadios más avanzados del
cultivo se observan daños en hojas.
Monitoreo en el cultivo
Previo a la siembra: realizar muestreos de suelo para
detectar la presencia de larvas en el lote.
Posterior a la siembra: determinar el porcentaje de daño realizando
recuentos de plantas sanas y dañadas en 5 metros lineales; y contar el número
de larvas y adultos mediante muestreos de suelo.
Medidas de control
Previo a la siembra: se pueden tomar medidas preventivas:
tratamiento de suelo en la línea de siembra o tratamiento de la semilla.
Posterior a la siembra: cuando se detecte un 3 a 5 % de
plantas dañadas, o la presencia de 4 o 5 gorgojos adultos por plantas, se
recomienda pulverizaciones con insecticidas registrados para girasol.
María Ana Sosa y Daniela E. Vitti
INTA